ALFONSO GONZÁLEZ ARAUZO
 
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ORACIÓN DEL DÍA.

Más vale ser políticamente incorrecto, que socialmente gilipollas. Amén.
Arauzo.

 

OBSERVACIONES Y DESEOS.

           A principios del s.XX comenzaron las vanguardias artísticas a revelarse contra la ortodoxia y el clasicismo imperante, dando lugar a un siglo de fertilidad imaginativa e investigadora, creando una serie de "ismos" que nos definen más o menos los diversos estilos y tendencias. Pero llega un momento en el que no sabiendo ya cómo definir ciertas "cosas" recurrimos a un término genérico muy actual, que engloba lo indefinible, lo impresentable, etc. y al mismo tiempo sirve de refugio a la mediocridad galopante que en porcentajes muy elevados nos arrojan los sistemas educativos actuales a todos los niveles. También a los críticos que confunden Artes Plásticas con Literatura. Esta palabreja, dichosa para unos y maldita para otros es "CONCEPTUAL".
           En medicina, cuando se desconoce el origen de un mal, nos dicen que es un "virus". En arte, cuando algo es indefinible e injustificable como arte, decimos "CONCEPTUAL".
           Si en el s.XX comenzó la revolución contra lo establecido, en el XXI deberíamos comenzar la contrarrevolución contra la MIERDA CONCEPTUAL establecida por unos pocos. Término empleado recientemente - con acierto, a mi juicio - por una autoridad cultural en Inglaterra.
           Por mi parte, me gustaría ver a ese ¿artista? Chino, "de cuyo nombre no quiero acordarme" comerse a sus propios hijos como un Neptuno Goyesco, en vez de los hijos de los otros. También me gustaría ver a ese otro ¿artista? Italiano, de cuyo nombre "tampoco quiero acordarme", comerse su propia mierda, sin aderezar. Yo le regalo el abrelatas.
           Estos son insultos al Arte y a la dignidad humana.
                                       Arauzo.
SOBRE RELIGIÓN

SOBRE RELIGIÓN.

       He experimentado una metamorfosis lógica; tan lógica como que crecemos y nos desarrollamos en todos sentidos; por tanto, es antinatural mantener con cincuenta o sesenta años, el mismo patrón de pensamiento que cuando nuestra edad era de diez; máxime, cuando estos patrones son impuestos por gente incapaz de admitir discrepancias, o pensar de otra forma.

       Así, con mi limitada capacidad de análisis, saco mis conclusiones a partir de la base de datos que nos han inculcado.

       Sobre la existencia de Dios, opino que nadie puede crear el cosmos, ni la naturaleza. Siendo elementos de ella, como nuestros hermanos mal llamados animales, nacemos e inmediatamente necesitamos ese ser superior que es la madre, después el padre. Son nuestros dioses; nos cuidan, dan todo y protegen. Cuando por desarrollo natural crecemos igualando o superándoles desaparece esa sensación de superioridad, pero no la de indefensión ante lo que somos impotentes. Por tanto, seguimos necesitando instintivamente ¿alguien superior? y nos inventamos dioses.

       Ante esta situación, los espabilados del momento aprovechan la coyuntura para sacar tajada, inventando historias que los más ignorantes creen y acatan.

       Surge la idea del cielo e infierno para atemorizar y mantener al personal sometido y controlado; persiguiendo a cientáficos, por ser los únicos que -aún con errores- están en situación de aproximarse al por qué de las cosas.

       Ateniéndonos a la teoráa del creacionismo, Eva debió ponerse morada a base relaciones incestuosas, si era la única hembra conocida..., al menos eso nos contaron.

       ¿Ha vuelto alguien del ¿más allá? para decirnos lo que hay?. Los supuestos visionarios no me valen.

       En definitiva; soy ateo gracias a los explotadores de la idea de un dios; como lo cortés no quita lo valiente, mi más sincero reconocimiento a los verdaderos religiosos; misioneros, los dedicados a ayudar a pobres y teólogos de la liberación, sobre todo al desaparecido padre Arrupe.

       

       

       

       El grado de fervor religioso suele ser directamente proporcional al de incultura de individuos y pueblos.

Arauzo.

       

       

SOBRE POLÍTICA.

       Creo oportuno comenzar con alguna cita de pensadores, como paso previo a las reflexiones.

       

       - ¿Todos somos iguales cuando nacemos, pero es la última vez que lo somos?(Un italiano).

       - ¿Más vale un gramo de cordura que arrobas de sutileza?. (Baltasar Gracián).

       - ¿La verdad se corrompe tanto con la mentira como con el silencio.? (Cicerón).

       - No hay que temer a los que tienen otra opinión, sino a aquellos que son demasiado cobardes para manifestarla. (Napoleón).

 

       Este, nuestro querido y puto mundo, no está regentado por quienes públicamente figuran al frente de los gobiernos, sino por capitalistas cuya ambición y falta de escrúpulos no tienen lámites, convirtiéndose en los peores terroristas. Peor que quien pone una bomba, es el que mata de hambre y calamidades a seres débiles e indefensos de media humanidad.

       Desgraciadamente tanto unos como otros están demasiado de actualidad, pero lo verdaderamente preocupante es que el pueblo se ¿adoctrina y acostumbra? a ello, llegando a verlo como algo ¿normal?.

       La mejor forma de ser objetivo al juzgar las diversas actuaciones poláticas es oár a todos y sacar conclusiones por uno mismo, sin las orejeras del adoctrinamiento a que nos someten.

       Muchos políticos profesan la filosofía de; ¿El que no está conmigo está contra mí? Filosofía de necios y dictadores, porque en el término medio está la sabiduría.

       Quieren que seamos ¿políticamente correctos;? equivalente al antiguo ¿calla y traga?, o sea; dictadura democrática, o... ¿democracia dictatorial?.

       Los del ¿talante? y sus amigos autodenominados ¿progresistas? creen que ser de izquierdas consiste en llevar la contraria por sistema a la derechona de siempre; por ello, si Franco decía que dos y dos son cuatro, ellos cambiarían las matemáticas para no parecer franquistas; tal es la diarrea mental que les embarga.

       Por lo expresado y lo que me queda por parir, mi IDEOLOGÍA actual es: Quien lo haga bien, ¡olé! -sea quien sea-, quien lo haga mal, patada en los cojones -sea quien sea. Entendiendo por bien, lo beneficioso para la mayoría de humanos.

       En este estado de cosas, me atrevo, en un ejercicio de inmodestia a emular a los pensadores que nos han servido de introducción, y tantísimos otros, exponiendo mis jaculatorias.

       

       La política es imprescindible; sería una hermosa labor si no fuera porque en ocasiones se convierte en una farsa de obligado cumplimiento.

       

       Pasar de política, es una insensatez e irresponsabilidad, porque la política no pasa de nosotros

       

       La verdad, la razón y el sentido común, desconocen colores e ideologías, por tanto, pertenecen a todos sin ser propiedad de nadie.

       

       La razón suele estar de parte de quien no tiene intereses.

       

       No hay nada tan peligroso como un tonto con responsabilidades públicas.

       

       Idiotez y gilipollez, también terminan en zeta.

Arauzo.

 

       Sí me gustaría que quien haya sido tan ¿educado ciudadano? de borrarme la web por dos veces, se dignara decirme qué le molesta de ella. Hablando se entiende la gente. ¿No?.

 

SOBRE SEPARATISMOS.

       Leí en cierta ocasión que en China existen cincuentaicinco etnias, con idiomas distintos, -aunque nos parezcan iguales- supongo que también les diferenciarán otros aspectos; sociales, económicos o de cualquier índole. ¿Quiere esto decir que tienen derecho a formar otros tantos países?. Tal vez, derecho sí, pero ¿sería lógico?.

       A lo largo y ancho de nuestro planeta se dan tribus y etnias con características propias. ¿Debemos revisar la historia para colocar a cada tribu en su sitio original?. Creo que solo a dementes se les ocurre tal cosa.

       Me da mucha rabia por no usar vocablos despectivos, que alguien que se cree de izquierdas mantenga este concepto tribal de la sociedad, habiendo olvidado tan rápidamente, -por interés político- aquellas consignas de: "El pueblo unido jamás será vencido", "la unión hace la fuerza", "proletarios del mundo, uníos", y tantas otras que nos servían de base ideológica.

       Respecto a nuestro país, pienso que nuestras ciudades portuarias del norte, a través del tiempo fueron potenciadas instalando allí gran parte de la industria que correspondía a todos, por lógica práctica de aprovechar el transporte marítimo, tanto de importación como exportación. Esto hizo necesaria mano de obra de otros lugares, contribuyendo al desarrollo de las regiones potenciadas.

       Quisiera que algún separatista me contestara la siguiente pregunta: Si el mundo rico y civilizado en vez de estar en Europa, hubiera sido en África, ¿qué regiones y ciudades españolas estarían ahora más desarrolladas?.

       Pues...eso.

Arauzo.

       

       Quisiera manifestar muchas reflexiones sobre diversos temas, pero creo que lo anterior, más el "cuento" que sigue, son significativos y suficientes por el momento.

       

BOBILANDIA.

       

       Érase una vez un país muy bonito; situado geográfica y psíquicamente entre dos continentes; uno, Europa, era rico, civilizado y culto; el otro, más al sur, llamado África, era pobre, atrasado e inculto. Ambos continentes influían en la forma de pensar de los habitantes del país que nos ocupa.

       Aquél país maravilloso, estaba habitado por gente buena, amable, simpática y confiada; al tiempo que por otros, malos malísimos; egoístas, envidiosos, insolidarios, ladrones y algunos asesinos.

       Como todos países casi maravillosos, tenía nombre, historia y tradiciones.

       Con una idiosincracia tan diversa, sus habitantes comenzaron a enfrentarse unos con otros, los malos contra otros iguales, arrastrando de paso a parte de la gente buena. Unos querían que se llamara como siempre, a otros les parecía anticuado y casi les daba vergüenza, por temor a los que en un alarde de egoísmo e insolidaridad se consideraban extranjeros, tras haberse aprovechado del esfuerzo común. Se creían más ricos, inteligentes y guapos, menospreciando al resto.

       Aquél país casi maravilloso había tenido tiempo atrás la mala suerte de ser gobernado durante muchos años por un tirano muy malo malísimo, que mató a mucha gente por no pensar como él.

       Por su maldad, nadie en el extranjero le quería, así, los otros países casi maravillosos no ayudaron al primero, quedándose este retrasado, inculto y acomplejado. Tanto, que siempre creían que lo de fuer era mejor que lo propio; retrasándose más todavía.

       Un buen día falleció el dictador -otra denominación del malvado- dejando en su puesto a un rey; con reina, príncipe y princesitas. Este rey fué aceptado y querido por la mayor parte de súbditos del país casi maravilloso, comenzando el progreso.

       En aquél país casi maravilloso, pasaban cosas muy raras, fuera de toda lógica y sentido común; cosas que no sucedían en ninguna otra parte del mundo; debido a que por su atraso e incultura, no estaban preparados para los cambios sociales de la nueva etapa, queriendo pasar de un extremo a otro sin fase intermedia de adaptación y aprendizaje. podía salir bien, pero era bastante complicado.

       Aquél, ahora reino casi maravilloso, sin embargo sí estuvo preparado para los cambios políticos. Eligieron a sus gobernantes, pero estos, en muchos casos no supieron estar a la altura. Fueron dirigiendo a los gobernados cada vez peor en algunos aspectos, creando hastío y asco en parte de la ciudadanía.

       Esta parte de habitantes -amplia- con mayor criterio de miras, ante la empanada mental y dudas sobre identidad nacional de muchos paisanos, creyó conveniente rebautizar a su reino casi maravilloso o parte de él como "Bobilandia"; por tanto, sus moradores "bobilondios" y "bobilonditos" los más pequeños.

       Los políticos de Bobilandia no eran ajenos a los complejos adquiridos por la población; así, en el momento de ser elegidos, creían haber sido tocados por una varita mágica, convirtiéndose en los seres más inteligentes -"listos" eran por naturaleza- y sabios del universo universal, considerándose semidioses. La población de Bobilandia sufría las consecuencias de ser dirigidos y gestionados por aquellos personajes que lo único que les interesaba era el poder, en beneficio propio y de sus partidos (panda de amiguetes), sobre todo, empresarios ricachones que les habían ayudado a conseguirlo.

       Por supuesto, esa ayuda no era gratuita, cobraban los favores con ventajosos intereses; en forma de concesiones de grandes obras públicas, emisoras de radio, cadenas de televisión y otras especias.

       Como siempre sucedía, no lo pagaban los gobernantes de turno, sino los sufridos bobilondios.

       Con el nuevo régimen, el reino casi maravilloso se dotó de unas normas de juego que llamaron Constitución. En ella se decía entre otras cosas, -algunas falsas- que los naturales del reino "eran iguales ante la ley..." -mentira-, así como; "...en derechos y deberes, sin distinción de raza, sexo, edad o condición social...". También mentira; y a nadie la crecía la nariz. Algunos la tenían grande, pero venía así con la cabeza de toda la vida.

       Los bobilondios, por su bajo nivel cultural, entendieron mal estas normas; interpretando la "igualdad" a todos niveles. Solo hablaban de derechos, olvidándose de obligaciones; creyendo intencionadamente o bajo consignas que la libertad significaba "todo vale".

       Estos errores traían consecuencias negativas desde cualquier punto de vista; de hecho, Bobilandia se convirtió tal vez en el único país de mundo en que parecían gozar de más derechos los malhechores y asesinos que sus víctimas.

       Las fechorías eran de todo tipo, pero la más grave gravísima de todas, y de que menos conciencia tenían los moradores de Bobilandia, se refería a la educación de los bobilonditos.

       Casi todos los políticos de aquél reino casi maravilloso querían cambiar alguna ley, a fín de colgarse la correspondiente medalla de cara a la historia. Así, a mediados de los años ochenta, los gobernantes de turno cambiaron la enseñanza, implantando paulatinamente la que denominaron LOGSE, (Ley General de Ordenación del Sistema Educativo), copia de otras que en países vecinos y más adelantados habían fracasado. Se necesitaba ser "burros".

       Bobilondios y bobilonditos se acomodaron en la vagancia. Según aquella ley, - o su interpretación- "tenían derecho a aprobar". De alguna manera, esta alentaba aquella idea; les permitía promocionar al curso siguiente sin haber superado gran parte de materias; por no poder repetir más de una vez por ciclo educativo.

       Cuando llegaban a cuarto de ESO (Educación Secundaria Obligatoria) gran parte de ellos no sabía nada, pero algunos de sus profesores, bien por compasión o por "cuadrar resultados y estadísticas", les aprobaban. Tal vez aquellos profesores confundían enseñanza con caridad, sin darse cuenta del perjuicio causado al alumno en particular y a Bobilandia en general.

       Solo quedaba un poco decente el ciclo de Bachillerato, hasta que los gobernantes insensatos, progresistas de talante, y carentes de talento, decidieron estropearlo, promulgando otra ley por la que estos alumnos podían promocionar de curso con la mitad de asignaturas suspendidas.

       Resultado: Aquél reino casi maravilloso se convirtió en un país económicamente hablando, de los más ricos del mundo mundial, al tiempo que uno de los más pobres en cultura y conocimientos. Por consiguiente; uno de los peor educados; ruidosos e irrespetuosos con sus semejantes. Aquellos bobilonditos ya se habían convertido en bobilondios que en muchísimos casos no supieron educar a sus hijos.

       Se convirtieron en una generación amorfa; nacidos para obedecer a sus padres y a sus hijos. Todo, por una generación de políticos iguales a ellos.

       Estos comieron angulas y caviar; la mayoría perdices, no sé si alguno "conejo por Navidad", pero todos fueron felices. En su ignorancia.

 

                                          MORALEJA:

                                          Premiar a la cigarra, significa un agravio comparativo hacia la hormiga; legítima adjudicataria del mérito; aparte de convertirse en la más elemental injusticia social.

       Si este "cuento" sirviera de algo positivo a quien lo lea, sería "casi maravilloso".

       Colorín colorado, este cuento todavía no ha acabado. Por desgracia.

                                          Arauzo.